REGISTROS SUMERIOS
La primera Sociedad
Los libros de historia actuales recogen detalles extraídos de las numerosas inscripciones reales existentes, en el especial de los anales de los reyes asirios. Estas inscripciones y anales reales pretendían fundamentalmente exaltar a los conquistadores y los vencedores, por lo que no proporcionan demasiada información. Por ejemplo, por el <<Lamento sobre la destrucción de Sumer y Ur>> sabemos que, la ley y el orden desaparecieron. Todo quedó en ruina; la vida familiar se desbarató; el pánico, las matanzas y el hambre asolaban el reino.
El pueblo de Sumer anhelaba la paz y la seguridad, tal y como se desprende de las impresiones y afirmaciones expresadas por el rey Lugalzagesi entorno a 2400 antes de nuestra era, el pueblo <<dormía (sin sobresaltos) en la pradera>> y <<los hombres prosperaban como las plantas y las hiervas>>.
Menos de un siglo más tarde, Shulgi, sin duda uno de los más grandes reyes del mundo antiguo, afirma:
En ese (?) día, en mis inscripciones,
que nunca destruí una ciudad,
que nunca derrumbé una muralla,
que como un frágil junco nunca aplasté reino alguno,
el cantor cantará.
Una imagen esclarecedora de este gran deseo de paz, seguridad y estabilidad nos lo aporta el autor de la <<Lamentación sobre la destrucción de Nippur>>.
un día en el que ningún hombre abusa de otro, el hijo teme a su padre,
un día en el que la humildad reina en el país, el humilde honra al noble,
un día en el que el hermano pequeño respeta al mayor,
un día en el que el joven se sienta (atento) a las palabras del sabio,
un día en el que no hay conflicto (?) entre el débil y el fuerte, en el que la amabilidad prevalece,
un día en el que se puede escoger (?) para viajar (cualquier) camino, una vez que las malas hierbas (han sido) arrancadas.
un día en el que hombre pueda viajar a donde quiere, en el que (ni siquiera) en las estepa (?) su. . . sufrirá daño,
un día en el que el sufrimiento desaparecerá del reino, la luz lo bañará,
un día en el que la negra oscuridad será expulsada del reino (y) todas las criaturas vivas se regocijarán.
Como resultado de un siglo y medio de descubrimientos arqueológicos en las ruinas de las civilizaciones de la antigüedad, especialmente en Oriente Próximo, se han descubierto un gran número de estos primitivos textos; los hallazgos han revelado un gran número de textos desaparecidos.
Un ejemplo que se menciona con frecuencia sobre el gran número de los libros perdidos es el de la Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Fundada por el general Ptolomeo I tras la muerte de Alejandro Magno en el 323 antes de nuestra era, se dice que contenía más de medio millón de <<volúmenes>>, de libros inscritos en diversos materiales (arcilla, piedra, papiro, pergamino). Aquella gran biblioteca, se quemó y fue destruida en varias ocasiones.
Decenas de miles de tablillas de arcilla se han descubierto en las ruinas del Oriente Próximo de la antigüedad. Muchas tratan o registran aspectos de la vida cotidiana, como recuerdos comerciales o salarios de los trabajadores, o registros matrimoniales. Otros, descubiertos principalmente en las bibliotecas palaciegas, conforman los Anales Reales; otros más, descubiertos en las ruinas de las bibliotecas de los templos o en las escuelas de escribas, la literatura sagrada, que se escribieron en lengua sumeria y se tradujeron después al acadio.
Entre los hallazgo increíbles realizados en las ruinas de las ciudades de la antigüedad y en sus bibliotecas, se encuentran unos prismas de arcilla donde aparece información de los diez Reyes antediluvianos y de sus 432.000 años de reinado, una información a la que ya aludía Beroso. Conocidas como las Listas de los reyes sumerios (y exhibida en el Museo Ashmolean de Oxford, Inglaterra).
