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"Ninguna persona tiene derecho alguno, en ningún caso, a perjudicar a otra persona por sus creencias religiosas o ateas.Si vamos a vivir juntos en este planeta, debemos aprender un tipo de tolerancia que sea absolutamente vital para la convivencia como seres humanos civilizados."

21 febrero 2015

DESCUBRIR TU PASIÓN


Descubrir tu pasión lo cambia todo

EL ELEMENTO

El elemento es el punto  de encuentro entre las aptitudes naturales y las inclinaciones personales. Descubrirás que las personas que has conocido y la mayoría de las personas tienen en común que hacen lo que les gusta y al hacerlo se sienten  realmente ellos mismos: les parece que el tiempo transcurre de manera diferente y se sienten más vivos, más centrados y llenos de vida que en cualquier otro momento.       
          El hecho de estar en su elemento los lleva más allá de las experiencias comunes de disfrute y felicidad. No estamos hablando simplemente de la risa, de los buenos momentos, de puestas de sol y fiestas. Cuando las personas están en su Elemento establecen contacto con algo fundamental para su sentido  de la identidad, sus objetivos y su bienestar. Experimentan una revelación, perciben quiénes son realmente y qué deben hacer con su vida. Esta es la razón por la que muchas describan el encuentro de su Elemento como una manifestación.
          ¿Cómo encontraremos el Elemento dentro de nosotros mismos y en los demás? No existe una fórmula  rígida. El Elemento es distinto en cada persona. Esa es la cuestión. Y no estamos limitados a un solo Elemento. Algunas personas sienten la misma inclinación por una o más actividades y todas se les dan igual de bien. Otras tienen una sola vocación y una habilidad que les satisface mucho más que cualquier otra cosa. En esto no hay normas. Pero hay, por así decirlo, aspectos del Elemento que proporcionan un marco para reflexionar y saber qué buscar y qué hacer.
          El Elemento tiene dos características principales, y hay dos condiciones para estar en él. Las características son: capacidad y vocación. Las condiciones son: actitud y oportunidad. La secuencia es más o menos así: me encanta; lo quiero; ¿dónde está?

Me encanta

Estar en tu Elemento no es solo una cuestión de capacidad natural. Conozco a muchas personas que por naturaleza son muy buenas en algo que no sienten que ese algo sea la vocación de su vida. Para estar en tu Elemento necesitas algo más: apasionarte. Las personas que están en su Elemento encuentran gran deleite y placer en lo que hacen.
          Mi hermano es músico. Toca el piano años atrás formaba parte de un grupo de música. Después de uno de los conciertos le dije que me encantaría ser capaz de tocar los teclados así. <<No, no es cierto>>, me respondió. Sorprendido, insistí en que de verdad me encantaría. <<No –dijo-, lo que quieres decir es que te gusta la idea de tocar los teclados. Si te encantase, lo estarías haciendo>>. Me explicó que para tocar tan bien como lo había hecho, practicaba unas tres o cuatro horas diarias, aparte de las actuaciones. Lo hacía desde que tenía ocho años.
          De repente, tocar los teclados tan bien como lo hacía mi hermano ya no me pareció tan atractivo. Le pregunté cómo conseguía mantener ese nivel de disciplina. Me dijo: <<Porque me encanta>>. No podía imaginarse haciendo ninguna otra cosa.

Lo quiero

Actitud es la perspectiva personal que tenemos de nosotros mismos y de nuestras circunstancias: el ángulo desde el que miramos las cosas, nuestra disposición; es un punto de vista emocional. Muchas cosas afectan a nuestras actitudes, entre ellas nuestro carácter, nuestro espíritu, nuestra autoestima, las percepciones de los que nos rodean y las expectativas que tienen puestas en nosotros. Un indicativo interesante de nuestra actitud básica es el papel que consideramos que desempeña la suerte en nuestra vida.
          A menudo las personas que aman lo que hacen se describen a sí mismas como afortunadas. Las personas que creen que no han logrado el éxito en su vida a  menudo dicen que han tenido mala suerte. Los accidentes y lo aleatorio tienen su parte en la vida de todo el mundo. Pero  tener suerte o no depende de algo más que la mera casualidad. Con frecuencia, las personas que han triunfado comparten actitudes parecidas, como la perseverancia, la confianza en sí mismos, el optimismo, la ambición y el sentimiento de frustración. La forma de percibir nuestras circunstancias, así como la de crear y aceptar las oportunidades depende en gran medida de lo que esperamos de nosotros mismos.
         
¿Dónde está?

Si no se dan las oportunidades adecuadas es posible que nunca llagues a saber cuáles son tus aptitudes o hasta dónde podrían llevarte. No hay muchos jinetes de potros salvajes en la Antártida, ni muchos buscadores de perlas en el Sahara. Las aptitudes no llegan a hacerse patentes al menos que tengamos la oportunidad de utilizarlas. La consecuencia, desde luego, es que puede que nunca descubramos nuestro verdadero Elemento. Depende mucho de las oportunidades que tenemos, de las que creamos, de si las aprovechamos y de cómo lo hacemos.
          A menudo, estar en tu Elemento significa relacionarse con otras personas que compartan las mismas aficiones y tengan el sentido común de comprometerse. En la práctica, esto significa tratar de encontrar oportunidades que te permitan explorar tu aptitud en campos diferentes.
          No es extraño que necesitemos que otras personas nos ayuden a reconocer nuestros verdaderos talentos. Con frecuencia ayudamos a los demás a descubrir los suyos.
          Analizaremos las particularidades de personas que han encontrado su parte del Elemento, nos fijaremos en las circunstancias y en las condiciones que llevan a las personas a acercarse a él, e identificaremos los obstáculos que hacen que sea más difícil hallarlo. Conoceremos a personas que han encontrado su propio camino, otras que están preparando el terreno, organizaciones que enseñan el camino e instituciones que van en la dirección equivocada.
          Mi aspiración con este escrito es deslindar conceptos que tal vez hayas intuido e inspirarte para que encuentres el Elemento y para que ayudes a otras personas a encontrarlo. Lo que espero que encuentres aquí es una nueva forma de considerar tu potencial y el de aquellos que te rodean.

Fuente:
El Elemento  
Ken Robinson

14 febrero 2015

DIOSAS DEL AMOR


DIOSAS DEL AMOR

En la mitología sumeria  
Inanna  era la diosa del amor, de la guerra y protectora de la ciudad de Uruk. Con la llegada de los acadios Inanna se sincretiza con la diosa Ishtar. Su representación era un haz de juncos verticales con la parte superior curvada.
Asociada con el planeta Venus, se le identifica con la diosa griega Afrodita y con la Astarté fenicia. Entre los acadios fue conocida como Ishtar. Según la mitología sumeria era hija de Nannar (Sin en acadio, dios de la Luna) y Ningal (la Gran Dama, la luna) y hermana gemela de Utu, conocido en acadio como Shamash. Su consorte fue Dumuzi (semidiós y héroe de Uruk). Ishtar o Inanna representa el arquetipo de la Diosa madre.
Según este mito sumerio, Enki —una de las deidades más importantes— ocultaba los Me (normas a seguir para gobernar la creación). Inanna quiso tenerlos en su ciudad. Para ello viajó por los cielos en su barca hacia el Apsu (hogar de Enki). Éste, advertido de las intenciones de Inanna, preparó una fiesta para recibirla. Pero Inanna aprovechó el convite y emborrachó al dios. Cuando se repuso, Enki mandó emisarios para recuperarlos, pero Inanna los venció y finalmente los llevó a Uruk donde se difundieron.
          En la mitología griega,   
Adonis fue el resultado de un incesto entre su madre y hermana Mirra (o Esmirna) y su padre Cíniras.
El joven Adonis resultó sumamente hermoso, hasta el punto de que la diosa Afrodita se enamoró de él locamente. En una ocasión en que Adonis andaba de caza, lo mató un jabalí.
El mito de Adonis es originario de Fenicia, de donde se extendió a todos los países del Mediterráneo con diversas modificaciones, si bien siempre retuvo aspectos semíticos, constituyendo una de las figuras de culto más complejas de la época clásica. Tuvo múltiples papeles y su significado y propósito en las creencias religiosas griegas han sido objeto de mucha investigación a lo largo de los siglos.
Su equivalente semítico es Tammuz y el etrusco. (Algunos mitólogos creen que más tarde fue exportado a Germania, y que su equivalente en la mitología germánica es Baldur.) Su culto era femenino y se desarrolló en el círculo de jóvenes mujeres alrededor de Safo en Lesbos sobre el 600 a. C., como revela un fragmento de Safo.
Adonis estaba ciertamente basado en gran parte en Tammuz. Su nombre es semítico, probablemente su etimología se remonte al antiguo semítico ādōn, ‘señor’ que también fue usada, como «Adonai», para referirse a Yahveh en el Antiguo Testamento. Cuando los hebreos llegaron a Canaán, se les opuso el rey de los jebusitas, Adonizedek, cuyo nombre significa ‘señor de Zedek’ (Justicia). Pero como no hay rastro de culto semítico alguno directamente relacionado con Adonis, ni tampoco ningún mitema específico relacionado su mito griego en las lenguas semíticas, investigadores griegos y de Oriente Próximo han cuestionado esta relación (Burkert, p. 177 nota 6 bibliografía). La relación en las prácticas religiosas es con su equivalente mesopotámico, Tammuz:
Las mujeres se sientan en la puerta llorando por Tammuz, u ofrecen incienso a Baal en los tejados y siembran agradables plantas. Estas son las únicas características del culto a Adonis: un culto confinado a las mujeres que se celebra sobre tejados planos en los que se ponían fragmentos sembrados con verde ensalada que germina rápidamente, jardines de Adonis... el clímax es el ruidoso luto por el dios muerto.
Burkert, pág. 177

Fuente:
Wikipedia


                        BELLA

Bella,
Como en la piedra fresca
del material, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro.
bella.

Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.



Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.

Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos,
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo,
bella.

Bella,
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.

Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años  por tu dulce cuerpo,
bella.

Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.

TU RISA

Ríete de la noche,
el día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Fuente:
Selección de poemas
(1925-1952)
Pablo Neruda