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"Ninguna persona tiene derecho alguno, en ningún caso, a perjudicar a otra persona por sus creencias religiosas o ateas.Si vamos a vivir juntos en este planeta, debemos aprender un tipo de tolerancia que sea absolutamente vital para la convivencia como seres humanos civilizados."

06 junio 2011

Reflexión de un padre a un abuelo.

¿Padre, hacia dónde camina la humanidad? ¿Qué futuro estamos construyendo para los jóvenes?
Hijo mío, mi experiencia me dice, que, estamos perdiendo el hermoso tesoro de la juventud, la tranquilidad de la madurez, y la vejez se presenta triste y solitaria.
No son plegarias ni dioses lo que necesita  nuestra civilización, sino una nueva cultura ética, que potencie la solidaridad, la humildad y la justicia. Los  gobiernos actuales dirigen sus políticas a contentar  “los mercados”, gran error, los poderosos no sacian su apetito de dinero jamás, por lo que la estabilidad de millones de familias no están garantizadas, y cada día somos  más pobres, cuando los bancos y multinacionales día a día están acumulando más dinero y poder que utilizan para hacer desaparecer  el mercado minoritario.
El sistema  capitalista y la economía actual mundial, deterioran progresivamente el  equilibrio y la armonía de la convivencia. Lujo  y abundancia en los ricos; miseria, opresión y deudas en los pobres. Todo este egoísmo de clases, conduce a la desesperación de la mayoría de l@s ciudadan@s y quebranta la vida social hasta sus cimientos.
Es necesario que las naciones potencien políticas económicas para acabar con los abusos de los poderes facticos que se alimentan de las políticas consumistas, y arrastran al desastre económico y medioambiental a toda la humanidad. El planeta tierra está llegando al límite  de su resistencia y cuando menos lo esperemos la tierra rugirá y tomará por la  fuerza lo que el hombre ha tomado como suyo. Estos cambios radicales no son nuevos en el planeta, ya tuvieron lugar hace millones de años en varias ocasiones. Las  culturas sumeria, egipcia y maya, dejaron claros testimonios hace miles de años de ellos, pero el mundo “civilizado”,  en su “sabiduría”, ha condenado siempre a estas civilizaciones, ocultando y destruyendo su cultura, su ciencia y su pasado.
Es menester mejorar las condiciones de las personas condenadas a la esclavitud por las hipotecas y las deudas, el sistema de trabajo actual no deja a las familias trabajadoras el tiempo necesario para disfrutar de sus hijos, y se pierden en la mayoría de los casos la infancia de sus pequeños, además del  cariño de sus mayores.
La economía mundial de los países ricos está llena de egoísmos personales. Debemos implicarnos todos para conseguir  un mundo mejor, y olvidar el culto al dinero y buscar una relación personal más directa, propia de seres humanos.
La vida es corta y exigente, hay que abandonar para siempre el consumismo desbocado que hoy reina en nuestras vidas.  
Para  ser feliz no se necesita tanto ni acumular productos y bienes, que en definitiva no modifica en nada nuestra calidad de vida, al contrario nos sumergen en una vida de tensión y angustia que hace añicos nuestra supervivencia.
Debemos buscar en nuestros semejantes lo positivo que sin lugar a dudas tienen, y desarrollar una cultura civilizada de verdad con principios éticos, sin violencia, que armonice y  corrija las vanidades de un mundo que solo piensa en consumir.
Es el momento de exigir  para y con los jóvenes.  una vida de verdad, un mundo que ilusione, lleno de posibilidades para todos. No creas que será fácil,  pero la unión solidaria de varias generaciones lo hará posible. De lo contrario fracasaremos como padres.

¡¡Seamos l@s más felices de la tierra,  no l@s más ric@s del cementerio!!   

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