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"Ninguna persona tiene derecho alguno, en ningún caso, a perjudicar a otra persona por sus creencias religiosas o ateas.Si vamos a vivir juntos en este planeta, debemos aprender un tipo de tolerancia que sea absolutamente vital para la convivencia como seres humanos civilizados."

11 agosto 2011

NUESTROS MIEDOS

El miedo es la base de muchos de nuestros problemas. El miedo a lo desconocido, a lo misterioso, el miedo a la derrota, el miedo a la muerte.
El miedo es la raíz de la crueldad. Ahora podemos comenzar a entender un poco las cosas con la ayuda de la ciencia, que se ha abierto paso frente a religiones, tabúes y antiguos preceptos.
La ciencia puede ayudarnos a librarnos de esos miedos en los cuales  la humanidad ha vivido durante tantas generaciones.
La ciencia puede enseñarnos a no buscar ayudas imaginadas, a no inventar aliados celestiales, sino más bien a hacer, con nuestro esfuerzo, que este mundo sea un lugar habitable, en vez de ser lo que han hecho de él las religiones y sistemas políticos y económicos en los últimos 5000 años.
No debemos olvidar, que hemos perdido una conexión importante con nuestra verdadera esencia, la idea de nosotros mismos no se ajusta a la realidad. El miedo nos enfrenta a la vida con un oscuro velo, lleno de dudas e indecisiones debido a la educación que hemos recibido.
El director del instituto del cerebro en Milán dijo la frase: Genio se nace… y a imbécil se llega”
Entre el público alguien preguntó “¿que hay entre media?” a lo que el profesor contestó: “el sistema en el que nos educamos unos a otros.”
Es evidente que el sistema educativo está obsoleto y dirigido hacia unos intereses determinados que impiden el verdadero desarrollo de la personalidad individual, colectiva y creativa innata en el ser humano.
Debemos enfrentarnos a nuestra verdadera vida y pensar de forma diferente, rompamos con las ataduras que nos unen a un pasado de oscurantismo y creencias religiosas propias de épocas primitivas.
Cada persona  es un ser único e irrepetible, por lo tanto diferente, libre y heredero del mundo, capaz de desarrollar su inteligencia en un mundo verdaderamente libre de influencias externas que limitan gravemente la esencia y la capacidad humana.
Bertrand Russell (filósofo y matemático) dejó muy claro en una de sus publicaciones: “lo que se te es impuesto desde el exterior no tiene ningún valor.”
Por lo tanto, reordenemos nuestros valores humanos, volvamos a nuestra verdadera esencia dentro de la naturaleza y se abrirán las puertas de la sabiduría, la bondad, la solidaridad y el respeto hacia los demás, en definitiva, nos transformaremos en verdaderos seres humanos.




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