UNION CULTURAL DE LIBREPENSADORES DE EXTREMADURA: LA EPIGRAFÍA EXTREMEÑA DEL SIGLO XIX

DESCUBRIMIENTO DE LAS PRIMERAS INSCRIPCIONES LATINAS EN CÁCERES Y EN EXTREMADURA: EL SIGLO XVI

Debió de ser en la Tardoantigüedad cuando las primeras inscripciones romanas comenzaran a emplearse en la construcción de algunos tramos de la muralla. Un buen número de éstas han sido halladas en diferentes obras de demolición de ella durante el siglo XVIII. Pero en aquellos momentos aún estaba próximo el momento de su grabado y era más importante la necesidad de abastecimiento de material constructivo que la lectura y la conservación de unos textos que a nadie importó.

Habrá que esperar al siglo XVI para que los hallazgos de inscripciones produzcan interés en aquellos sectores locales que sean capaces de valorar en su justa medida tales hallazgos. En unos casos serán eruditos dedicados a este trabajo venidos de otras partes los que realicen tal trabajo, mientras que en raras ocasiones el descubrimiento de alguna nueva inscripción se debe a clérigos locales.

Entre los primeros cabe destacar el papel de L. Marineo Siculo, aunque no haga referencia a ninguna de las inscripciones locales, sino a la escultura de la Plaza Mayor. El viaje de Gaspar de Castro, beneficiado de la catedral salmantina y natural de Ledesma, fue más provechoso, porque añade a su colección varias de las inscripciones que se repetirán más tarde por otros autores y viajeros.

No se puede olvidar el papel de M. Accursius en la formación de las primeras recopilaciones de inscripciones latinas, pese a que en su paso por Extremadura sólo aluda a las de Mérida, Alcántara y Cáparra, ya de de algunas sólo se conoce su mención.